“¡Gracias por preferirnos, lo esperamos pronto!”, esa fue la frase que me brindó la dependiente de un restaurante de comida rápida, luego de que frente a mis ojos, botara literalmente a la basura una orden de comida que no se logró vender en tres minutos.
Estoy segura que el platillo que se encontraba en esa bandeja hubiese tapado el hambre atrasada de algún estómago desamparado, o la sonrisa de un niño habría brotado de su rostro luego de haber consumido esa orden.
“No botarás comida”: si este hubiese sido el onceavo mandamiento, estos restaurantes estarían más que condenados, ya que por día se tira a la basura grandes cantidades de alimento en buenas condiciones, simplemente “porque cumplió su ciclo.”
Si bien es cierto, estos centros de comida, deben velar porque haya un alto nivel de higiene y una buena función en la manipulación de alimentos, no concibo que la única estrategia que utilicen sea abrir la tapa de un basurero y tirar la comida como si fuese material de desecho. No creo que sea por falta de ideas, simplemente porque es la forma más sencilla de solucionar las cosas.
No nos tenemos que ir a África para ver el hambre reflejada en el semblante de alguien, irónicamente en las puertas de esos locales, hay una persona pidiendo comida, esperando que algún alma bondadosa se apiade de ella y le brinde un poco de alimento. Aunque no sería de extrañarse porque ni sus propios empleados pueden consumir lo que producen: es mejor lanzar al cesto de basura aquello que no se venda.
En nuestro país transitan por las calles miles de indigentes deseosos por satisfacer su sed, cientos de albergues que no siempre tienen suficiente
comida para repartir, comedores infantiles que reciben diariamente a miles de niños que sólo se alientan una vez al día. ¿Acaso estos ejemplos no son opciones válidas para aprovechar de una forma más consciente la comida?
La indiferencia es un mal que desintegra la sociedad. La ceguera ante el hambre de muchos, sólo aleja a aquellos que tienen la posibilidad de disminuirla de pertenecer a una generación más humana.
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